El vino está sometido a una regulación tan estricta que se te van las ganas de emprender
Cosme Gutierrez (Almoradí, 1944) preside el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valencia, donde trabajan 8 personas que velan por la calidad y promoción del vino procedente de las 85 bodegas inscritas. Gutierrez llegó como químico a la DO hace 34 años. Fue inspector, jefe, secretario general y cuando estaba a punto de jubilarse lo nombraron presidente. Le apetece que llegue el día de no tener obligaciones, ni hacer nada, simplemente sentarse con su mujer a ver el atardecer saboreando una copa de vino.
-¿Hay mucho vino en crisis?
-Sí, porque el sector vitivinícola no es ajeno a lo que ocurre. Aunque también es verdad que la exportación ayuda a defenderse mejor.
-¿Incluso en 2012?
-No, en esta campaña vamos a tener menos exportación, menos embotellado y menos comercialización porque la cosecha ha sido muy corta. Sin embargo en contraprestación el agricultor se beneficiará por vender más cara su uva.
-¿Por cuánto?
-De venderla, entre 80 y 100 céntimos el kilo de uva. Ahora, como habrá menos vino embotellado, que no se podrá vender más caro, porque con los impuestos ya van sobrados, los bodegueros ganarán menos. A los que no les irá tan mal será a los que vendan el vino a granel.
-¿Menos cosecha debido a la climatología o al abandono de las tierras?
-A ambas. Al calor y al abandono de hectáreas y arranque de viñas. Como la Unión Europea pagaba una prima por arranque o abandono, muchos agricultores sin descendencia arrancaban, cogían el dinero y desaparecían.
-¿Y con esto qué hemos conseguido?
-Entre un 20 y 25% menos de cosecha que el año anterior.
-La UE ha primado el abandono de viñas o arranque de cepas y a partir de 2016 liberalizará el sector, ¿qué sentido tiene?
-Eso mismo nos preguntamos muchos y debaten los países. ¿Para qué se prima el arranque y abandono y dentro de tres años liberalizan el sector? No soy economista, imagino que quizá el exceso de viñas y hectáreas ha llevado a la UE a una regulación con el fin de equilibrar la producción de vino en toda Europa. Así, al primar económicamente el abandono o arranque de cepas muchos agricultores de mayor edad aprovecharon la ocasión. De hecho se calcula que el 43% del viñedo arrancado en toda Europa es español. Sin embargo la UE ha decidido que a partir de 2015 se liberalicen los derechos de plantación de viñedos. Las DO consideramos que esta acción puede devaluar los productos y provocar una industrialización excesiva de la viticultura europea.
-¿No cree que la liberalización de las plantaciones provocará una mayor oferta?
-No se sabe. Hay quien opina que sí y otros que irá contra la calidad porque se debilitarán las condiciones productivas de las zonas tradicionales de cultivo. Es decir que el descenso en el precio de la uva y del vino no aumentará su calidad.
-¿Sin embargo en 2015 puede ser un buen negocio?
-Lo malo es que este sector está sometido a una regulación tan estricta e ingente que se te van las ganas de emprender.
-¿Hace veinte años era tan complicado hacerse bodeguero?
-¡Qué va! Ahora hay normativas para aburrir. Antes cuando no estábamos en la UE era más sencillo, hoy salen leyes y preceptos constantemente. Dentro de nada las etiquetas parecerán prospectos farmacéuticos dada la ingente cantidad de conceptos que reclaman que aparezcan. Además todo ese control sirve de poco porque el consumo está disminuyendo.
-¿Entonces, cuando las cosas van mal no se bebe más?
-Quizá, pero no vino. En los años 80 el consumo de vino en España superaba los 70 litros por persona y año, en 2006 descendió a 25 litros y ahora rondamos los 17 litros. Bebemos menos vino que los franceses e incluso que los italianos y con más superficie plantada.
-¿Quién está detrás de tanta fiesta?
-El miedo a que te paren conduciendo y te hagan soplar. Cada día hay más controles en las carreteras. La tasa de alcoholemia es muy baja. En otros países el índice ronda el 0,50, en España el 0,25%. Con una copa das positivo.
-¿En estos años se han cerrado muchas bodegas?
-Sí, pero en DO Valencia tenemos la suerte de que han surgido nuevas, como en la zona de Fontanars dels Alforins.
-¿Cuánto cuesta abrir una bodega de tamaño medio?
-Depende de la maquinaria, depósitos... montar una bodega pequeña, con una producción de 200.000 botellas puede costar un millón de euros. Es lo mínimo para que sea negocio. De todos modos para poder triunfar hay que moverse mucho, contar con buenas campañas de marketing y romper muchos zapatos. El boca a boca puede ser la mejor campaña de marketing de un negocio para empezar.
-¿Un vino sin denominación de origen puede subsistir?
-Sí, aunque poseerlo evidencia que el vino tiene calidad. Son numerosos los requisitos que tiene que cumplir el vino, desde su trazabilidad hasta su embotellado, para obtener el sello de calidad. No obstante hay bodegas particulares no inscritas en DO cuyos dueños se mueven bien por ferias y en el sector.
-¿Un consejo regulador necesita subvenciones para mantenerse?
-Nosotros no dependemos de las subvenciones, como otros consejos, lo hacemos a través de las cuotas de los viticultores y las bodegas. La subvención viene a ser un 15% de nuestro presupuesto. Y nuestra economía está muy saneada y tenemos superávit. Lo hemos sabido hacer bien. Tenemos un coche oficial que es el que usan los auditores cuando van a las bodegas y poco más.
-¿A dónde conduce la cultura de las subvenciones?
-Ha permitido que se crearan numerosas instituciones, pero soy partidario de recortarlas. Creo que es mejor que cada uno se busque su vida, viva de sus propios recursos y evite generar negocios en base a subvenciones. A la larga es un mal negocio.
-¿Los vinos DO Valencia se conocen por el mundo?
-Mire, eso sí ha sido una cosa buena que han hecho los políticos. Al difundir la imagen de Valencia por todo el mundo nos resulta más fácil colocar nuestros productos. Hay mucha demanda exterior de vinos valencianos.
-El PSOE acaba de impulsar una campaña para recuperar el consumo de vino. ¿Qué le parece?
-Un contrasentido. Durante el mandato de Elena Salgado como ministra de Sanidad, sus declaraciones contra el vino afirmando que era malo para la salud y promoviendo la aplicación de una tasa por ser una bebida alcohólica, hicieron daño al sector. Fue además una medida que entraba entonces en contradicción con la Ley de Vino aprobada en el Parlamento que lo consideraba un alimento y lo incorporaba a la dieta mediterránea.
-Entonces, ¿ahora dos copitas al día son buenas para la salud?
-Sin dudarlo. Está demostrado que un alto índice de polifenoles reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. Además beber vino e ingerir alimentos protege de los efectos adversos del alcohol.
-¿Tinto, blanco o rosado?
-Siempre se ha consumido más tinto que blanco, pero últimamente el blanco se ha puesto de moda por ser más suave, más barato y tener menos graduación. La demanda de blanco va en aumento.
-Y usted ¿cómo llegó a vincularse al vino?
-Llegué hace 34 años con mi licenciatura de químico pero para ser inspector en el Consejo Regulador. Inspeccionaba las bodegas, tomaba muestras de vino, participaba en catas donde se determinaban otros aspectos y a partir de ahí...
-Se hizo consumidor.
-No, siempre lo había sido porque a mi padre le gustaba mucho el vino. Recuerdo acompañarlo a la bodega del pueblo en Almoradí (Alicante) a por su garrafa de 5 litros y al campo de cítricos donde se ganaba la vida.
-Ni bodeguero, ni agricultor...
-Pero sí enólogo e hice un master de viticultura y enología. En este campo siempre se aprenden cosas nuevas.
-De inspector a jefe de servicios técnicos, de ahí a secretario general, y a punto de jubilarse, le nombran presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valencia, ¿piensa jubilarse?
-Bueno, jubilado lo estoy ya, pero al elegirme presidente me quedan dos años más al frente de DO. Pero ya empiezo a tener ganas de no hacer nada, ni saber nada...
-Del vino...
-No, el vino pienso seguir consumiéndolo con moderación porque estoy convencido de que es muy bueno para la salud. Uno de mis profesores en la facultad ya nos decía que era más sano para el cuerpo el alcohol que se ingiere con una copa de vino, que no tomar nada de alcohol. Se lo dije a mi mujer, y desde entonces siempre lo hacemos.
-Ahora que ve la vida desde la barrera ¿qué le parece la que está cayendo?
-Una lástima porque no vemos la luz del túnel y los gobiernos van lanzando mensajes contradictorios, rescate sí, rescate no. Los catalanes independizándose. Los jóvenes marchándose para hacer grande a otros países, menos cotizantes y en una década tendremos una oleada de tercera edad. No recuerdo haber vivido una crisis tan profunda y tan larga como ésta.
-¿El vino tinto siempre?
-A 17º, por favor.
Valencia Plaza
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