La radiografía del vino que viene
Las lluvias, la nieve caída en Menorca el mes de febrero y las elevadas temperaturas actuales garantizan una excelente añada, algo que permitirá incrementar las cifras de exportación, el nuevo modelo al que se agarran las bodegas: “La venta por internet funciona”, exponen.
No hay jornada en la que no se analice la temperatura de la uva, su nivel de azúcar. Todo, porque la vendimia está a punto de empezar. En unos días los viticultores iniciarán un proceso complejo que suele desarrollarse hasta mediados de septiembre, cuando se recoge la Cabernet Sauvignon. Algunos, como la bodega l’Hort de Sant Patrici, ya han activado la maquinaria: “La cogida de la uva blanca la acabamos de hacer porque nuestra producción es muy pequeña y porque este año nos hemos juntado con los vinos Solano de Sant Climent para hacer una edición especial”, explica Lluís Casals, de la cava de Ferreries. Con todo, pronostica “un año fantástico, una viña espléndida. Aumentaremos la producción, estamos muy satisfechos”.
Hacia la misma dirección señala Lluís Anglés, de Binifadet. En Sant Lluís la vendimia arrancará la próxima semana y el pronóstico también es bueno: “Tendremos uva de mayor calidad, a pesar de que en nuestro caso la cantidad será inferior a 2011. Estamos contentos porque será más sana por las condiciones climáticas, que han sido favorables. La nieve ayudó a que hubiera menos bichos, ya que actúa como desinfectante”. Una condición que también subraya Casals: “La nieve siempre ayuda, como el viento del norte. La uva está muy sana este año”, anotan desde Sant Patrici.
Ferrer de Muntpalau (Bodegas Menorquinas), en Es Mercadal, también habla de una “incidencia menor” de las enfermedades en el fruto debido a las “altas temperaturas” actuales y allí se muestran “satisfechos” por la calidad de la uva: “Vamos a tener la calidad y la cantidad de siempre. No haremos una gran producción porque entendemos que hacemos vino para la gente de Menorca y tendríamos una visión equivocada del mercado”, argumenta su propietario, Crispín Mariano, que abre este año “una interesante” colaboración con las bodegas Marfil de Alella.
El alentador pronóstico de los productores es un buen anuncio para el consumidor, el último eslabón de la cadena de producción. Una cadena que en los últimos años ha echado sus redes sobre el mercado exterior. Los viticultores han decidido, ante las nuevas reglas que imponen las compañías aéreas, golpear a la puerta del turista: “Vendemos vino en toda España a particulares y a los turistas que nos lo piden por internet. El cliente gana en comodidad y, generalmente, en lugar de comprar una botella como haría si viniera a la bodega, compra un lote de seis, por ejemplo. Además, repiten y se convierten en clientes habituales”, desliza Anglés. Sin ir más lejos, Binifadet tiene previsto aumentar su producción este año sobre un 10 por ciento y “casi toda se marchará fuera”. “El gran consumidor es de fuera y hemos empezado a notar que la venta ‘online’ funciona muy bien”, abunda Lluís Casals. “Tenemos que salir al exterior, no nos queda más remedio, y estamos muy satisfechos de cómo está funcionando”, remata.
Menorca
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