Un sistema de reconocimiento visual distingue uvas maduras y no maduras
Para que una cosecha de vino sea buena, el clima tiene que
haber alentado el crecimiento de la uva en el momento adecuado y ofrecer
un equilibrio adecuado de sol y lluvia a lo largo del año. A diferencia
de lo que ocurre en buena parte de España, donde las épocas de sol y
lluvia suelen ser bastante predecibles, en Alemania el clima puede arruinar literalmente una cosecha para los productores .
Investigadores del Instituto Fraunhofer de Óptica Electrónica (IOSB) de Karlsruhe han creado un nuevo y revolucionario instrumento de clasificación óptica para ayudar a sacar el máximo provecho de la calidad de las uvas. El proyecto ha sido bautizado como GrapeSort.
Una vez que las cubas llenas de uvas se han entregado, su
contenidos pasan a través de una despalilladora que separa los frutos de
sus tallos . A continuación, las uvas se colocan individualmente en una
cinta transportadora. "Lo importante es conseguir poner las bayas en la
cinta sin dañarlas" dice el Dr. Kai-Uwe Vieth, uno de los científicos
involucrados.
El procedimiento hasta este punto puede parecer rutinario.
Aquí llega lo novedoso. Las uvas se llevan en esta cinta transportadora
hasta el módulo de clasificación del IOSB a una velocidad de 3 metros
por segundo. En el corazón de este módulo hay una
cámara de exploración de alta velocidad que registra el flujo de
materiales tomando fotos de la fruta mientras pasa, a una velocidad de
18.000 veces por segundo. A continuación, el software de análisis del IOSB evalúa cada imagen en milisegundos y controla los chorros de aire comprimido que apartan objetos extraños, como insectos, sarmientos, piedras o ramas fuera del flujo de material.
Las uvas malas o indeseables se eliminan también por la
unidad de expulsión de aire. Las buenas caen en un contenedor. "Nuestro
módulo de selección está diseñado para exceder las capacidades de las
máquinas actuales. No sólo elimina objetos extraños, también ordena las
bayas en diversos grados de calidad. Esto te permite crear exactamente
el vino que quieras", dice Vieth. La cámara está entrenada de antemano
para rechazar las uvas que considera malas, bien sea por su forma o su
color.
Los investigadores son también capaces de utilizar su
equipo para reconocer diversos grados de madurez basados en los matices
de color. En el futuro, quieren tener la posibilidad de predecir la
madurez investigando la cantidad de azúcar que hay en la fruta mediante un dispositivo óptico llamado refractómetro. "Cuanto mayor es el contenido de azúcar, más se refracta la luz", explica Vieth.
Las pruebas preliminares del dispositivo ya han clasificado con éxito uvas de las variedades Trollinger , Riesling, Weißburgunder y Lemberger.
La primera producción de vino de uvas seleccionadas con este
dispositivo comenzará en octubre de este año y podrá ser degustado en
junio de 2014. Vieth y sus socios están convencidos de que los vinos
serán un gran éxito: "El sistema de clasificación ayuda a mejorar la
calidad de la cosecha y separar en varios niveles de calidad . Esto
permitirá a los enólogos ampliar su producción de alta calidad".
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