El origen de los destilados
"Estas bebidas se dividen en dos grupos, las que resultan de destilar vino y las de destilar el hollejo, o la parte sólida de las uvas", afirma el sommelier y propietario de Gloutonnerie, Miguel Ángel Cooley.
Del primer grupo, se conoce que en el Renacimiento los Países Bajos eran un mercado importante de esta bebida, que provenía de la región de Coñac en Francia, y a la que denominaron brandewijn, que significa vino quemado, debido al proceso de destilación necesario para su obtención.
Actualmente los brandys se elaboran en cualquier parte del mundo con diferentes tipos de uva, pero sobresalen en calidad los españoles y los franceses como el coñac y el armañac, que cuentan con denominación de origen y una legislación que regula su fabricación.
"Una característica del brandy es su necesario envejecimiento en barricas, aunque hoy en día se consume también un tipo de armañac joven", apunta Cooley.
Otro ejemplo importante de los destilados de vino es el pisco, el cual no se envejece y cuenta con denominación de origen en Chile y en Perú, países que se disputan su origen.
Del segundo grupo, los ejemplos más sobresalientes son las grappas italianas y los orujos españoles, ambos resultantes de la destilación de los desechos sólidos de la producción de vino, y que ya han sufrido un proceso de fermentación, aunque también existe la grappa virgen, que se hace con hollejo que no ha fermentado.
"Por cada 100 kilos de hollejo se obtienen aproximadamente 20 litros de aguardiente; es interesante como se obtiene un producto de calidad con materia prima de desecho", comenta Cooley.
Los destilados de uva tienen una graduación alcohólica que va de 38° hasta 60° y se recomienda su consumo como digestivo o como acompañamiento de postres.
AM
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