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Hay que seguir trabajando por el precio del vino

Argentina - ¿Qué está pasando con el operativo del Gobierno? Esta última semana hubo un considerable aumento de cupo, esto es, la cantidad de uva que el Gobierno está comprando y, tal como lo veníamos solicitando, incluyó a más productores en el operativo.

Si bien no se llegará a la compra de 1.100 quintales por productor, que prometió el ministro Marcelo Barg, varios productores han podido vender entre 200, 300 y en algunos casos hasta 500 quintales, más o menos, al operativo. Es cierto que ha sido muy difícil coordinar, que ha significado un gran esfuerzo, que ha tenido muchos problemas pero los productores estamos acostumbrados al esfuerzo, a la paciencia, a la esperanza.
Hay que seguir trabajando por el precio del vino

Estos 300 a 350 mil quintales que finalmente ha comprado el Gobierno, serán un desafío para   nosotros, ya que queremos colaborar también en la comercialización del mosto que se hará con esas  uvas. Estoy convencida de que ahora la clave estará en no vender este mosto a los compradores tradicionales en el país. Si no, todo el esfuerzo habrá sido en vano.

El Gobierno debe recuperar lo invertido para volver a tener estos fondos el próximo año. En este sentido, también tiene que encontrar a los productores más organizados la próxima campaña. Así, podremos intervenir todavía más en la implementación del próximo operativo que se lleve a cabo, pensar siempre en positivo y mejorar. Obviamente no vamos a pensar que con esta venta al Gobierno ya podemos quedarnos tranquilos.

También muchos han quedado fuera del operativo, porque quienes tiene uvas tintas, que son muchos en el Este, y de muy buena calidad. Si no, pregunten a quienes tienen bodegas en la Primera Zona, que hacen los vinos con nuestras uvas.

Entiendo que quienes hicimos la reconversión en su momento, y ahora tenemos uvas tintas, nos encontramos con una realidad abrumadora: los precios de la uva y del vino son apenas un poco mayores que un vino común.

Sí, ese vino que tal vez pagamos en la góndola $ 40 ó $ 70 en un restaurante, al productor se le paga $ 3 el litro en 6 o 7 meses a partir de julio, y quiero aclarar que, estén o no integrados, la rentabilidad es prácticamente la misma: nula.

Con este escenario, ¿qué está sucediendo? Es simple: en la cadena de comercialización nadie quiso perder. El comerciante aumentó el precio al público. Él no podía dejar de ganar. El Gobierno sigue con su presión tributaria. El distribuidor ajustó sus precios y también remarca.

Él es importante en la cadena comercial, no puede dejar de ganar. La bodega fraccionadora soportó los aumentos de los insumos (se habla de insumos, sin tener en cuenta al vino ¿Casualidad?) corcho, etiqueta, botella, tetra, cajas. Todos son importantes, entonces aumentaron sus precios, y el fraccionador también adecuó su ganancia.

En cambio, el elaborador de vino tuvo que soportar el aumento de insumos de elaboración, entre otras cosas, y como después tiene que vender a los dueños de las grandes marcas que ponen el vino en la góndola, y estos, que tuvieron tanto para ajustar, que ya no ajustan más, les compraban el vino lo más barato posible. Y así, cada vez menos...

Entonces, en esta cosecha, en la que todos se preocuparon por su propia ganancia, lo que quedaba para pagar al productor eran migajas. Así llegamos a los precios irrisorios de hoy que, por supuesto, no subieron con el operativo del Gobierno, ni a pesar de tener una cosecha de cantidades menores a las de una vendimia normal.

Así, la industria fue presionando hacia abajo, hasta llegar al último eslabón: el productor. Es más, a veces pienso que tal vez se pretenda seguir hacia abajo y que los obreros ganen menos.

Nuestra primera reacción fue pedir ayuda al Gobierno, que es quien debe proteger al más débil. De ninguna manera abandonaremos nuestras fincas. Todo lo contrario. Vamos a trabajar hasta que nuestro producto valga lo que debe valer.

Para que quienes tuvieron que vender muy barato este año, gran parte de su producto o los que por tener uvas tintas o no tener el grado indicado, no se beneficiaron con el operativo, obtengan un valor por su trabajo, que sea justo.

Es necesario que el vino tenga el valor que debe tener, porque no hay nada más noble que trabajar la tierra. No hay nada más destructivo para un mercado que la distorsión que provoca la concentración y nada más preocupante para la sociedad, que el individualismo y la ambición desmedida. 

Los Andes

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