El robot que limpia barricas de vino
Cuenta Sáenz que en su bodega hay prácticamente una obsesión por mantener el parque de barricas -más de 30.000- en las mejores y más saludables condiciones posibles. Con esa vocación nació hace unos cinco años el proyecto de I+D+i que ahora sirve en La Rioja Alta como estándar para la limpieza y desinfección todas sus barricas. «Hicimos pruebas con diferentes métodos, como microondas y ultrasonidos. Al final, los mejores resultados los obteníamos con un sencillo método que era agua caliente y vapor de agua», comenta el enólogo de la bodega alavesa, evidenciando que en muchas ocasiones el método más primario -bien utilizado- puede ser el más efectivo de todos.
«A partir de ahí, comenzamos a analizar cuáles eran las condiciones de vapor y agua caliente que debería recibir cada barrica y diseñamos un protocolo de limpieza», detalla Sáenz. Resuelta la parte teórica, contactaron con la ingeniería vitoriana Martec para la industrialización. El resultado es un robot fabricado para aplicar ciclos cortos de agua caliente y vapor de agua para la desinfección y limpieza óptima de los toneles, mediante la mejora de «la temperatura, la presión y el tiempo» en el lavado.
Sáenz explica que, con este nuevo sistema, ha disminuido su capacidad diaria para limpiar las cubetas, aunque esta reducción vale la pena puesto que la desinfección es ahora mayor. El robot es capaz de depurar unas 180 unidades diarias. «La máquina aplica a cada una de las barricas tres ciclos de agua caliente durante 40 segundos y otros tres ciclos de 60 segundos con vapor de agua. Después, se escurre y ya está perfecta para ser utilizada. Empleamos 8-10 en el lavado de cada barrica», detalla.
Quizá la mayor mejora de este sistema es que la limpieza va más allá de la propia superficie de la madera. Según los estudios realizados por La Rioja Alta, el robot es capaz de desinfectar completamente hasta 5 milímetros del interior de la barrica. Puede parecer una profundidad insignificante, pero es clave: «De este modo, hemos logrado eliminar todo aquello que taponaba la salida de compuestos al vino a través de los poros. No sólo no reduce las propiedades organolépticas de la madera, que era algo que nos preocupaba mucho al principio, sino que incluso las mejora».
La Rioja Alta ya ha implementado este sistema en todas sus bodegas de tintos, aunque en algunas de ellas no ha instalado el robot, sino que ha adaptado las máquinas que ya tenían. «Si tienes 150 ó 200 barricas, este coste quizá sea excesivo y no te sale rentable mantener este sistema con el robot», argumenta el enólogo de la compañía.
El siguiente reto de la bodegas con sede en Labastida es un proyecto en el que ya han empezado a trabajar para optimizar la gestión del oxígeno en sus bodegas. «Somos una bodega clásica con vinos de perfil clásico. Pero ser clásicos no implica inmovilismo. Seguimos evolucionando poco a poco para que los vinos sean cada vez mejores y mantengan su tipicidad», comenta Sáenz, reafirmado la apuesta por la innovación que cada vez un mayor número de bodegas de Rioja Alavesa realiza.
El Mundo
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