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Las uvas más caras de España

Las uvas malvasía que crecen en Los Llanos Negros, un paraje natural situado en las faldas del volcán de San Antonio, en el municipio de Fuencaliente, en La Palma, son la joya enológica más preciada de España. Los malvasía son desde hace siglos los vinos más célebres de Canarias, aquellos con los que se brindó por la Independencia de Estados Unidos y de los que hasta Shakespeare habló en sus obras.
Las uvas más caras de España

La Cooperativa Llanovid, propietaria de la bodega Teneguía, se abastece de estas viñas que tienen hasta 300 años de antigüedad. Para hacer el Malvasía Aromático naturalmente dulce Teneguía utiliza racimos sobremadurados, con más del 50% de pasas. Para lograrlo la vendimia se retrasa al máximo. Las inclemencias del clima hacen que muchos racimos no puedan utilizarse para vino dulce y se emplean para elaborar el blanco seco. Esta uva se paga a tres euros el kilo y la dulce a cinco euros, lo que la conviernte en la más cara de España.

Para elaborar una botella de este vino blanco naturalmente dulce, tan especial como el famoso Tokaji húngaro o el Sauterne francés, hacen falta dos kilos. El clima y las condiciones del terreno forman una simbiosis inigualable para producir unos vinos únicos. Teneguía se abastece de 300 agricultores que cultivan 260 hectáreas de viñas. La bodega se construyó hace 66 años, lo que la convierte en una de las más antiguas de la Isla. Tiene capacidad para producir más de un millón de litros, lo que permitiría centralizar en sus instalaciones la producción de toda la Isla. No obstante, este año Teneguía sacará al mercado unos 300.000 litros repartidos entre sus 12 referencias, adcritas a la Denominación de Origen La Palma. Utilizan sabro, gual, listanes, bujariego, negramoll, bastardo, baboso, pero, sin duda, la reina es la malvasía aromática.

Pedro Pérez es el presidente de la Cooperativa Llanovid. Recientemente viajó a Tenerife para presentar los vinos de la bodega en el espacio Local Lab de La Orotava. Durante un almuerzo preparado por el cocinero Pedro Rodríguez Dios, Pérez recordó que en 1945, "época de la miseria atroz", pasó por este municipio palmero el general García Escámez, que entonces era el jefe del Mando Único de Canarias."Me puse delante de su coche y le pedí que bajara para que viera la miseria en la que vivía la gente. Visitó el pueblo y seguramente le dieron a probar el malvasía porque se enamoró perdidamente de Fuencaliente. Tal es así que nos regaló una bodega que es una preciosidad", asevera Pérez.

Construida con la arquitectura del Mando Único, la bodega fue inaugurada el 6 de febrero de 1948. Tiene un moderno sistema que hace que la uva circule por el interior para convertirse en vino aprovechando la gravedad. En 1950, Franco visitó Canarias y fue también a Fuencaliente. Allí vio como la uva se llevaba a hombro o en burro hasta la bodega que poco después acabó fracasando porque, según su actual presidente, "era muy moderna para la época". "Por aquel entonces el vino se vendía en garrafón. Ellos empezaron a embotellarlo y no se vendía. Fue un fracaso total", recalca. La bodega acabó embargada por la banca. Una empresa privada pagó un millón de pesetas para rescatarla y la mantuvo funcionando hasta los años 80 del pasado siglo XX. Los agricultores, con ayuda de la Consejería de Agricultura, dirigida entonces por Antonio Castro Cordobez, la compraron por 50 millones de pesetas y fundaron la cooperativa Llanovid.

Fuencaliente tiene ahora solo un 10% de la uva cultivada que tenía en los años 50. Aunque la malvasía se cultiva en otras latitudes, Pérez destaca que la variedad palmera es "tan especial" por el suelo y el clima. "Siempre digo que cuando Dios creó el mundo pasó primero por Fuencaliente y sin querer se le cayó la malvasía. Si la sacas de allí y la siembras a más altitud, lo que te da es comida para las ovejas. No sirve para nada", señala el directivo.

Durante la presentación de la bodega, Carlos Lozano, el enólogo de Teneguía, describió los distintos blanco naturalmente dulces. Convencido de que "los grandes vinos malvasía son inmortales", su producto estrella es el Malvasía Aromática Estelar 1996. Después de nada menos que 16 años en barrica de roble francés, sorprende por su viveza con un regusto de aromas tostados y un complejísimo buqué. La botella ronda los 45 euros en bodega y poco queda en los depósitos después de que unos inversores alemanes, con vinotecas en Munich, los descubrieron. Su limitada producción y su exótica y prestigiosa procedencia en el marco del mercado europeo hacen de vinos canarios como este un valor seguro a medio y largo plazo.

Otro de caldos presentados fue el Malvasía Seco 2012. Está fermentado en barrica y permanece sobre las lías cinco meses. Lozano lo define como "un vino de guarda" y asegura que dentro de cuatro o cinco años "estará mejor". La producción ronda los 1.200 litros. Solo se produce los años en los que hay suficiente uva de vendimia tardía porque el objetivo es que sea naturalmente dulce.

De la cosecha 2013 han sacado un antiguo vino que tenían que se llamaba Caletas, que es un ensamblaje de malvasía aromática, viejariego, listán y albillo. Fermentado en barrica de roble francés es un vino blanco de guarda del que han producido 800 botellas.
El Malvasía Aromático joven se hace con las uvas más sobremaduradas. A diferencia de lo que sucede con otros caldos, en los que se aprovecha un 75% de cada racimo, en estos se utiliza un 45%. También tienen una varienta reserva, de 2008, de vendimia tardía botrytisada. El tinto dulce Zeus, del que se produjeron solo 1.000 litros, fue el último vino de la cata. Está elaborado con uva negramoll y pasó nueve meses en barrica. La bodega tiene también una línea de blancos, un rosado seco, aguardientes y sal Flor de Sal de vino.

La Opinión de Tenerife

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