Un vino de cepas centenarias
"Me gustan los viñedos de cepas centenarias, con bajos rendimientos y maduraciones suaves y largas que contribuyen después a la calidad de los vinos", señala Ricardo Socas. Y es que uno de los secretos de los vinos de esta bodega es precisamente la calidad de la uva. "Cuento con 17 viticultores que me venden una parte de sus producciones pero que también elaboran sus propios vinos artesanales lo que me permite contar con una uva muy bien cuidada", señala Socas.
Una uva que es recolectada en fincas situadas en plena costa de Tinajo y en las zonas más altas de la isla, junto al volcán de La Corona. Uvas que han aprendido a sobrevivir en las zonas más recónditas de la isla.
Bodegas Malpaís de Máguez elabora sus vinos bajo la denominación de La Grieta. "El nombre es un homenaje a mi abuelo Eusebio Romero que vivió como medianero en la finca Los Cortijos en Alegranza", destaca Socas. Y es que fue su madre, que residió en Alegranza hasta los 18 años, la que aportó el nombre de La Grieta, uno de los lugares que se encuentran en este islote que llegó a tener cultivos de papas y rebaños de cabras hasta mediados del siglo pasado.
Fue en el año 2007 cuando salieron al mercado los primeros vinos de La Grieta, después de unos años en los que Ricardo Socas sólo elaboraba los vinos que se consumían en su restaurante de El Charcón, junto al muelle de Arrieta. "Empezamos con 4.500 litros y este año alcanzaremos ya las 24.000 botellas, de las que 21.500 son malvasías secos y las 2.500 restantes de tinto elaborado fundamentalmente con la variedad de listán negro", señala Socas.
Una producción que posiblemente volverá a aumentar en varias miles de botellas tras excelente añada de este año en Lanzarote. De hecho, este bodega alcanzó los 32.000 kilos, en su gran parte, de la variedad malvasía. "La elaboración de vinos es para mí una especie de hobby por lo que será difícil que siga aumentando mucho más la capacidad de mi bodega, prefiero mejorar la calidad que apostar por sacar más botellas".
Un vino que está enfocado exclusivamente a la restauración y que difícilmente se puede conseguir fuera de este mercado. Para ello cuenta con distribuidores en Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura y Lanzarote. "Por mi profesión como restaurador me gusta que mis vinos sean suaves, lo que yo les llamo vinos amigos", asegura.
Una característica que precisamente le da la malvasía que se produce en el norte de la isla, con una maduración menos alcohólica. "Lo que pretendo es sencillamente que le guste a la gente, que sea un vino para compartir en una buena mesa", afirma.
La Grieta es también la primera bodega lanzaroteña que ha apostado por la vendimia nocturna para la elaboración de sus tintos. La recolección empieza a las diez de la noche y termina a las tres de la madrugada. A partir de ahí, la uva entra directamente en un camión de frío y de ahí a la cámara frigorífica de la bodega donde se conserva a cero grados antes del proceso de maceración. "Logramos elaborar un vino tinto más suave e incluso conseguimos mejorar la producción de la viña", indica Socas.
La Pronvincia
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