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Vinos espumantes ganan cada día más adeptos

Poco a poco, los vinos espumantes se han ido ganando un espacio en el mercado mundial.

Pero no como productos reservados para ocasiones especiales, sino usados como un estilo y sello personal que cada vez ganan más terreno y se vuelven más casuales.

Hay quienes los definen como otro tipo de Champagne (por la denominación de origen de los vinos espumantes de esa región francesa).
Lo cierto es que el goce de sentir las burbujas y su sabor en el paladar han ganado mucho espacio, al punto que recientemente estuvo de visita en Colombia el enólogo Hernán Amenábar, experto en vinos espumantes de la chilena Undurraga, para hablar de estos productos y promocionar su viñedo.


Según el experto, hacer vinos espumantes es un tema de gran complejidad (y por eso, los altos precios que alcanzan) y para producirlos, de partida, debe trabajarse la uva de manera especial desde el viñedo.
Estos productos se caracterizan por ser más frescos, más frutales y no necesariamente distintos a un champagne. Cuando se degusta la diferencia, se encuentra que el segundo es más complejo y más guardado, afirma Amenábar.

Normalmente, debe cosecharse un mes antes, porque hay que hacer un vino base que tenga una graduación alcohólica más baja, de tal forma que con la segunda fermentación gane 1,5 grados y llegue con un vino final, ya con burbujas, de 12,7 o 12,6 grados de alcohol.

El vino base, el de la primera fermentación, tiene que estar en el orden de 10,8 a 11,2 grados.
Cosechar antes tiene sus riesgos.

Es importante probar la uva, porque no deben tener notas verdes. Ese es el desafío en viticultura: obtener una fruta con pH bajo, acidez alta y graduación alcohólica baja.
“Mi apuesta es que, además, aromáticamente, sea neutro, que no tenga demasiados aromas frutales, porque la segunda fermentación va a ayudar a conseguir complejidad”, explica.

ALGO MÁS

La segunda fermentación puede adoptar dos formas: según se use el método conocido en la región de Champagne, en Francia, la segunda fermentación tendrá lugar en la botella de espumoso.
La elaboración de un vino espumoso que emplee este método, más artesanal y más sofisticado, demorará más de un año.

También se puede lograr esa segunda fermentación mediante el método Charmat, es decir, una fermentación en la cuba. Esta es una forma más eficiente y moderna de elaborar un vino espumante. Originará vinos frutosos, fragantes, de buen cuerpo y bellas burbujas.

SECRETOS DE UN BUEN ESPUMANTE

Según el experto, Hernán Amenábar, para disfrutar de un buen vino espumante lo primero es tener el respaldo de la casa que lo produce.

Segundo las burbujas deben ser persistentes una vez servido.

Además, una característica es que las burbujas son pequeñas y uniformes.

Al servirlo, en la parte superior de la copa debe formarse una corona de apariencia atractiva.

Las variedades de uva más tradicionales para este tipo de vinos son la Chardonnay y Pinot Noir.

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