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Clos Martinet

Los vinos tintos son un elemento imprescindible en una buena mesa, pero no sirve cualquiera y son muchas las bodegas que podemos encontrar en nuestro país con una enorme calidad y que están al alcance de todos los bolsillos. Este es el caso de Clos Martinet, que ofrece un vino tinto extraordinario para los paladares más exigentes.



El Clos Martinet es un vino con un tono granate, cereza, cuyo aroma recuerda al del cacao fino, la fruta madura y cierta nota mineral. En la boca resulta un vino sabroso, maduro, goloso, equilibrado y  con un final de media persistencia.

En cuanto al maridaje es perfecto para carnes rojas y de caza además de asados y estofados.

Excelente a pesar de no tener tradición familiar


Lo curioso de esta bodega es que comienza su andadura sin contar con una tradición vinícola familiar. Sin embargo Josep Lluís Pérez y su familia (Pérez Ovejero), comenzaron en el año 1986 con el proyecto Mas Martinet Viticultors. Se elaboró un minucioso estudio sobre el microclima, el tipo de suelo y las variedades de uva, lo que les llevó a elegir la finca Mas Martinet, cuya situación se encuentra entre Falset y Gratallops, una de las mejores zonas para la elaboración de vinos de gran calidad.

Una vez elegida la zona comenzaron a plantar las cepas también bajo un meticuloso estudio en el que se eligió el lugar más adecuado para que se desarrollasen de forma óptima y para que cada variedad, dependiendo de sus características, tuvieran el tipo de suelo y la orientación más afortunada. La elección de las uvas por parte de Mas Martinet son las de uvas autóctonas Garnacha y Cariñena además de las foráneas de Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah.

Una finca hecha a medida


En las siete hectáreas de la finca encontraremos viñedos cultivados en espaldera, que llegan a medir hasta 2,20 metros de altura, lo que logra una gran estabilidad en la obtención de altos contenidos en la uva.

La zona del priorato sufre épocas de sequía que puede hacer que las uvas se echen a perder, pero para ello Mas Martinet tiene instalado por toda la finca un riego de microaspersión que asegura que el metabolismo de la cepa se mantenga en perfecto estado y pueda desarrollarse correctamente en momentos de enorme importancia como el desborre, la floración y el envero.

En cuanto a la vendimia, esta se realiza después de producirse determinados controles de azúcar, acidez, la madurez de los polifenoles y la degustación de la uva. Estas se recogen en cajas, se despalillan y vinifican por separado, tanto en variedades, como en las uvas procedentes de distintas terrazas.
La crianza oxidativa se lleva a cabo en barricas de roble francés de Allier de grano fino, en un período de aproximadamente entre 14 y 18 meses.

Canal Hogar

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