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Alejandro Fernández: "Con mi vino no duele nunca la cabeza"

 Cuatro décadas han pasado desde la irrupción del Grupo Pesquera en el mercado, con el lanzamiento de la primera añada de su Tinto Pesquera, allá por 1975; y el precursor de este proyecto tras el que germinó todo el potencial viticultor de la Ribera del Duero, Alejandro Fernández, celebra el camino recorrido, pero es tajante al advertir de que no parará de trabajar hasta que le lleven “para el otro lado”.
A sus 82 años, recuerda sus orígenes como inventor de maquinaria para el campo (cuenta con tres patentes), pero incide en que el vino siempre fue su objetivo vital. “Empecé de cero y ahora Pesquera es un vino conocido en todo el mundo”, señala con satisfacción. Sobre el futuro del Grupo Pesquera (Tinto Pesquera, Condado de Haza, El Vínculo y Dehesa la Granja ) se muestra “tranquilo” de que seguirá adelante y “cada vez mejor” por la labor de sus cuatro hijas. Fernández explica a Ical, que este fin de semana celebrarán estos 40 años de trabajo con diferentes actividades enoturísticas y enogastronómicas, que culminarán el sábado por la noche en el Restaurante Luna Llena del Hotel AF Pesquera de Peñafiel, con una cena de gala en la que los asistentes podrán probar las grandes añadas de Pesquera, muchas de ellas no disponibles ya en el mercado.

¿No se ha planteado dejar de trabajar con 82 años?

 No. El día que no hago nada se me hace larguísimo.

¿Qué representa su bodega en el mundo del vino?

Pesquera ha levantado toda la Ribera. Cuando empecé a plantar viñas aquí me criticaba todo el mundo, y he ido para adelante. He subido para arriba y la culpa de que haya aquí tantas viñas es de Alejandro Fernández, porque todo el mundo me ha copiado. Si me hubiera ido mal no hubieran plantado ni una. Creo que he vivido siempre 20 años delante de los demás y me alegro de que me siguieran. Alguien tiene que marcar camino.

¿Cómo empezó este proyecto que ya cuenta con cuatro décadas de existencia?

Lo que he hecho toda mi vida ha sido trabajar. Tengo tres patentes de máquinas para el campo. Fabriqué la primera máquina de remolacha de España, una pequeñita, que iba detrás del tractor y ahorraba 95 personas diarias. Me la subvencionó el gobierno con un 45 por ciento para el agricultor, y hacíamos montones en los años 60. Así empecé. Pero lo mío, mis ideas siempre han estado en las viñas. Hacía vino con mi padre cuando era niño, y lo hacía bastante bien, me gustaba y dije que si un día tenía dinero plantaría viñas. Empecé de cero y nuestra primera cosecha salió 1975, y ahora es un vino conocido en todo el mundo. Está en toda Europa desde Francia hasta Rusia; en Asia, Sudamérica, en EEUU... está en todas partes.

¿Cuál es el secreto de su éxito?

El vino. Con mi vino no duele nunca la cabeza. Los vinos hay que decantarlos y dejar un poquito en la botella. La gente no sabe ni coger una botella. Los vinos hay que tratarlos con cariño, igual que a una chica guapa. Es un ser vivo. La mayoría de la gente no tiene cultura de vino y siempre he intentado enseñarla.

¿Qué caracteriza a sus añadas?

Mi vino está muy bien hecho. Sacamos el vino con un mínimo de tres años, y aún así es un bebé. Luego hay que dejarlo años. Sacamos grades reservas y reservas especiales. Siempre tenemos vinos mayores. Hemos hecho por primera vez un blanco en Castilla-La Mancha, que es uno de los grandes vinos de España, de color oro, con una viña de 90 años, y con tres kilos de uva, cuando allí dejan 20 y 30 kilos.

Entiendo que se refiere a la poda y la vendimia como base para un vino de calidad....

Siempre he hecho poda en verde para dejar dos o tres kilos máximo en la cepa. Si dejas mucha carga en las viñas no hay calidad. Luego hay que vendimiar y las uvas tienen una juventud de ocho o diez días, y hay que empezar donde primero viene y seguir donde llega más tarde. Pesquera tiene 250 hectáreas, otras tantas largas en Condado de Haza, y otras ciento y pico en La Granja. Tenemos unas 700 hectáreas de viña. Hemos vendimiado a mano cerca de 200 personas, pero vamos a empezar un poco a máquina, ahora lo hace muy bien, pero no puede haber uva podrida. Castilla y León y Castilla-La Mancha son las dos mejores zonas para hacer vinos de España y de muchos países del mundo, porque aquí no tenemos que sulfatar las viñas. Aquí el mildiu no se desarrolla. Yo no sulfato ni aquí ni en La Macha.

¿Lo tiene todo vendido?

Prácticamente si. Cuesta un poco más a las bodegas nuevas, como Dehesa La Granja, con un vino muy bueno, pero no lo conocen. Pero Pesquera se vende, y todo el mundo que abre una botella la termina. Si está bueno al principio lo está también al final. Eso es lo que siempre he hecho con los vinos, calidad. Siempre hemos recibido muchos premios. Robert Parker habló por primera vez en España de mi vino, y nos dio 98 puntos, un hombre que nunca se dejó invitar.

¿Seguirá Pesquera después de Alejandro Fernández?

Estoy tranquilo. Esto sigue para adelante y cada vez mejor, gracias a mis hijas. Mi hija estuvo estudiando seis años enología, en Madrid, Barcelona y Burdeos, y también cuenta con la experiencia de su padre.

¿Tiene algún proyecto nuevo?

Me faltan cosas por hacer. Vamos a hacer un salón grande de 800 metros para hacer catas de vinos viejos. Los vinos necesitan que la gente se siente un poco y los cate tranquilamente. Empezaremos este año la obra. Luego hay más cosas. No me voy a parar hasta que no me lleven al otro lado. El que es empresario lo hace con cariño y con devoción, y siempre le falta tiempo. Tengo una media de 120 o130 trabajadores entre las cuatro bodegas, pero yo soy el primer trabajador. No me he ido nunca de juerga, he estado siempre trabajando, incluso los domingos. Así es como se llega lejos, pero debes tener amor propio. Voy a seguir adelante.

¿Qué tal su apuesta por el enoturismo?

Tengo un hotel en Peñafiel y está habiendo gente, los viernes y sábados, y el domingo un poco. Pero no hay ni un duro, hay poco dinero, como siempre, y entre semana no hay nada, muy poco, pero hay que seguir adelante. Además, la gente viene a ver la bodega, le damos una copita de vino y no le cobramos. Si me compran el vino, pues bien, pero no cobramos por la visita.

¿Está saturada la Ribera del Duero?

En esta zona se han puesto muchísimas cepas, pero saturación no hay. No es hacer vino, es vender.

¿Fuera, me imagino?

El mercado español está saturado, hay mucho vino por todos lados y mucha gente está regalando los vinos. Están haciendo vinos del año. Lo que da prestigio son los vinos viejos, los vinos mayores. Yo siempre he tenido esos vinos y siempre he guardado esos vinos. Yo he vendido fuera siempre, en todo el mundo. Ahora tengo tratantes, pero antes lo hacía yo solo. Pesquera se conoce en todo el mundo, donde quiera que vayas y eso da una ventaja a los de mi pueblo (sonríe).

¿Cómo percibe usted la crisis; cree que se está saliendo de la mala situación económica de los últimos años?

Nosotros no hemos notado la crisis estos años. Creo que ahora se va arreglando un poquito pero es muy importante que el Gobierno diese algo para apoyar a los jóvenes que tuviesen iniciativas empresariales. Es la única forma de impulsar el trabajo. No me han dado nunca nada. pero es preciso ayudar a la juventud, darles un pequeño crédito para que monten un taller, o lo que sea. El Gobierno da subvenciones para otras cosas y de esto nunca se han acordado. Hay que trabajar y apoyar a la juventud.

¿Cómo estaría esta zona rural sin su apuesta por el vino?¿Cree que sus paisanos le agradecen su labor?

Este pueblo está igual de habitantes. Sino estaría como un solar perdido. En general todo el mundo habla bien de mi cuando sale fuera y me quiere, aunque aquí siempre hay un poco de envidieja, no pasa nada.

¿Qué van a hacer este fin de semana para conmemorar los 40 años?

Vamos a beber vino de 40 años, y del 86, en la cena que vamos a hacer en el hotel de Peñafiel. Por primera vez se va a hacer eso en España. He dejado estos vinos a posta desde el primer año que he hecho vino, dejando un poquito de cada cosecha. No hay mucho, pero hay para probar. He ido mucho a París a las ferias, con maquinaria agrícola, y al volver me metía en Burdeos, y me bebía una botella de 30 o 35 años, porque podías beberla, aquí no. Ahora aquí te la puedes beber, pero en mi casa no fuera. A la cena asistirán unas 50 personas pagando. Viene a dar la cena el conciero de Ramiros´s, al que conozco desde hace muchos años, y el sumiller del Zalacaín de Madrid, Custodio López Zamarra, donde siempre que iba a comer invitaba a la mesa que estaba al lado de mi, y sigo haciéndolo, claro. La idea es repetir esto cinco o seis veces al año.

El Día de Valladolid

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