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Ya puede agregar el vino a la canasta de productos orgánicos

¿Cuál es la diferencia entre el vino orgánico y el convencional? En apariencia, sabor y calidad solo podría diferenciarlos un experto, pero en impacto con el ambiente y estilo productivo son productos diferentes.

La diferencia fundamental es la uva, y aunque se llaman igual que sus pares tradicionales (por ejemplo, Malbec, Sirah o Cabernet Sauvignon), las uvas orgánicas nacen y crecen sin químicos, en procesos certificados.

Ya puede agregar el vino a la canasta de productos orgánicos


“Los cultivos orgánicos son más costosos en su mantenimiento, por ejemplo, porque las malezas en el viñedo deben ser controladas mecánica y manualmente, sin utilizar herbicidas”, explica Edgardo Consoli, ingeniero agrónomo de la bodega argentina Zuccardi, encargado de la siembra y cultivo de uvas orgánicas que posteriormente se utilizan para producir vinos con esa característica.

La visita de un agrónomo en lugar de un enólogo refleja la importancia del proceso productivo en el resultado final. En las 220 hectáreas que esta bodega dedica al cultivo orgánico de uvas en el desierto de Mendoza, se requiere una supervisión detallada que pasa por los conocimientos de agrónomos especializados, como Consoli.

Con la marca Santa Julia, estos productos están disponibles en el país y representan una opción para quienes mantienen un estilo de vida sostenible y buscan opciones para mitigar el impacto de sus patrones de consumo sobre el ambiente.

Todas las regiones con producción vitivinícola tienen al menos una línea de vinos orgánicos; para encontrarlos, busque la información en la etiqueta y el sello de certificación en la contraetiqueta.

Cuestión de estilo
 
“Lo que nosotros buscamos con las uvas orgánicas es tener un estilo de vino que sea lo más representativo, limpio y honesto posible para que, justamente, muestre el carácter de la uva”, aseguró Consoli.

Para lograrlo, se reúne el trabajo del viñedo con el de la bodega, donde se buscan vinos intensos, con aroma y sabor a fruta. “Son vinos jóvenes, que se deben consumir en no más de dos o tres años”, asegura el experto.

Auge reciente
 
Aunque existe oferta de vinos orgánicos desde hace ya un par de décadas, el aumento en el consumo comenzó hace unos cuatro años.

“Algunas bodegas comenzaron con la producción de uvas orgánicas pero por sus costos y complejidad lo abandonaron. No es una actividad masiva y tampoco el consumo es masivo. Para que se busque este producto primero se debe hacer otro cambio, que es desarrollar una cultura de vida saludable”, explica Consoli.

En Costa Rica, los vinos orgánicos tratan de colarse en el mercado para hoteles y organizaciones interesadas en relacionar su oferta de bebidas con el concepto de país sostenible y ecológico con el que se promociona.

“El turismo ecológico normalmente se asocia con vida sana y la vida sana con buena alimentación, que lleva a los productos orgánicos. Hay muchos hoteles certificando ciertas prácticas amigables con el medio ambiente y ahí tenemos potencial de consumo”, añade Consoli.

Y dentro del panorama también desempeña un papel clave el consumidor individual.

“No nos olvidemos de que el vino además de ser una bebida está considerado también un alimento; por lo tanto, puede llegar a ser parte de la mesa de cualquier persona deseosa de alimentarse sanamente. La gente que consume vegetales o lácteos orgánicos está esperando también un vino orgánico”, enatiza el experto.

La mayoría de supermercados y tiendas especializadas pueden asesorarle sobre las marcas de vinos con certificación de producción orgánica. Ya lo sabe, la próxima vez que vaya a la feria o al súper, debe completar la canasta orgánica con algo más que frutas y verduras.

Natural y manual

Una plantación orgánica debe recibir una certificación de un ente autorizado y con reconocimiento internacional.

Para lograrlo, deben utilizarse únicamente productos naturales, sin químicos.

Por ejemplo, para el control de algunas enfermedades de la vid, el azufre y el cobre, y para la fertilización y enriquecimiento de suelos, el compost.

En el caso de los viñedos de Zuccardi, se utiliza compost hecho con guano de cabra y orujo de uva producto de la bodega (de las semillas y la piel de las uvas). También se siembran verdeos (plantas) que enriquecen el suelo.

Fuente Bodegas Zuccardi.

El Financiero

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