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Treinta y cinco nuevas variedades de uva para hacer vino

Churriago, gallera negra, serola, azargón, moribel, flamenca, pintaílla, rubeliza, jarrosuelto, haluqui, mizancho, gordera roja, zurieles, teta de vaca tinta, maquías… así hasta 35 nombres de nuevos genotipos que no coinciden con los descritos hasta ahora en las bases de datos nacionales e internacionales de uvas destinadas a la elaboración del vino.
Treinta y cinco nuevas variedades de uva para hacer vino
Este descubrimiento de nuevas variedades de uva vitiviníferas, aptas para producir vino, surgió del Banco de Germoplasma de Vid de Castilla-La Mancha. Su idea era tener un catálogo de variedades de uvas no solamente de distribución en España o en todo el mundo, sino también las de producción comarcal o local, muy minoritarias e incluso llamadas a desaparecer. El trabajo empezó en 2007 y se emplearon todos los medios posibles, desde acudir a cooperativas para seleccionar allí uvas, viveros de vides, o simplemente plantas salvajes en el campo.

Según la Organización Internacional del Vino (OIV) en España hay 150 variedades diferentes admitidas para las denominaciones de origen, con 58 sinónimos; por ejemplo la bruñal negra y la albarín tinto es la misma uva. El nombre de la uva es un problema a la hora de enumerar diferentes variedades. Se calcula que existen unos seis mil, más o menos, nombres de uvas diferentes en todo el planeta, que una vez analizados y descartados los sinónimos, se reducen a 4.000.

Desde el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla La Mancha (IVICAM), se propusieron no solamente buscar esas nuevas variedades de uvas, sino también hacer todo lo posible por conservarlas. Para ello, lo primero era limpiar de virus las nuevas plantas y mediante técnicas de laboratorio, ayudar al desarrollo de 50 nuevas cepas de cada variedad descubierta. Además, hay ya un estudio muy completo de la ampelografía, descripción y modo de cultivarlas, de éstos desconocidos hallazgos. Al menos existen ya dos tesis doctorales al respecto. De muchas incluso se puede trazar su árbol genealógico gracias a su adn, de dónde proceden.

Lo más probable es que estas nuevas variedades descubiertas se dejaron de explotar por su bajo rendimiento o por su escasa resistencia a los virus. Pero de lo que no cabe ninguna duda es que a partir de ahora se abren atractivas posibilidades para elaborar vinos inéditos, aromas diferentes que enriquezcan aún más la gran variedad existente en España.

ABC Sevilla

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