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Cómo hacer nuestro propio vino: Introducción y materiales

Le proponemos un desafío: elaborar su propio vino, en forma casera. Empezando por esta nota, le vamos a brindar una guía para que Usted pueda incursionar en el mundo de la enología, con los elementos que tiene a mano, más algunos pocos que resultan indispensables, y que de ese modo pueda transformar las uvas en vino, de la misma forma que lo hacen las bodegas. Pero en su casa, claro está, y de una manera artesanal.

Por supuesto que con el producto resultante no vamos a salir al mercado a competir, ya que esta serie de notas no pretende describir el modo en el cual los profesionales elaboran los vinos que se comercializan (tarea que nos demandaría una Licenciatura en Enología), sino que la intención es que Usted mismo sea el artífice de algunas botellas caseras, explicándole los pasos necesarios a seguir para pasar a ser el enólogo de la familia.



Las columnas de la saga que componen “Cómo hacer nuestro propio vino”, van a ser publicadas en ANB cada 15 días, o sea nota por medio, para ser dinámicos y no tratar siempre el mismo tema. Además, con el correr de las lecturas, se va a dar cuenta que para comenzar con la experiencia le va a convenir esperar que pasen un poco los fríos tan intensos de nuestra zona. Ya verá porqué. Y sin más preámbulos, comencemos.

Podríamos nosotros mismos componer las notas necesarias para explicarle cómo tener éxito en el proceso de producción. Pero si Usted es seguidor de “De vinos y vides”, sabrá ya que siempre pretendemos darle un valor agregado y una fundamentación sólida a nuestras columnas. Es por eso que para esta oportunidad, y con el fin de enriquecernos con su bagaje de conocimiento, entrevistamos a Claudio Máspero, dueño y elaborador de la bodega absolutamente artesanal Máspero Ramos, premiada en concursos de vino artesanal como la tradicional “Fiesta del Vino de la Costa”, y además propietario de Hacedores de Vinos. Su asesoramiento nos fue de mucha utilidad.

Debo aclararle que vamos a intentar simplificar el procedimiento lo máximo posible, evitando utilizar implementos que mejorarían la calidad del vino, pero que en nuestra zona son prácticamente imposibles de conseguir, como tantas otras cosas que escapan de lo cotidiano. Es por eso que al final de esta primer nota dejamos algunas direcciones útiles en Buenos Aires, ya que es muy común en Bariloche que la gente, o personas allegadas, viajen a la Capital y allí puedan encontrar lo que acá no.

El objetivo del ejercicio será lograr 10 botellas de 750 cm3 de vino tinto joven, seco y no dulce, para beber en el año, no apto para la guarda. Y estos son los elementos necesarios que seguramente tenemos a mano o son fáciles de conseguir: una manguerita de unos 30 cms (de las de tipo sonda), un huevo fresco, una tasa de azúcar, una botella plástica vacía de gaseosa, un termómetro para líquido (se consigue en vinotecas), un poco de cinta adhesiva gruesa, 10 botellas de vidrio de 750 cms3 y 10 corchos (puede ir guardando botellas vacías de vino y corchos, luego los vamos a higienizar bien), un cucharón nuevo de madera, un bidón de boca ancha con capacidad de entre 12 y 15 litros de polietileno de alta densidad o polietilentereftalato con tapa y liso por dentro (en ferreterías o corralones), y dos bidones de 10 litros de boca normal y lisos por dentro, de los mismos materiales que el primero, nuevos o que nunca hayan contenido otra cosa que no fuese agua pura.

Hasta aquí venimos bárbaro. Pero ahora le detallo los cuatro requerimientos más difíciles de conseguir, y que no podemos obviar: 1) Mostímetro o densímetro y probeta: Es un instrumento que se utiliza para medir la densidad del mosto y su tenor azucarino. 2) Metasulfito de potasio (10 gramos): Indispensable para evitar enfermedades y bacterias en el vino y para desinfectar los materiales a usar. 3) Levadura enológica (3 gramos): Para transformar el jugo de uva en vino. 4) Y más importante: 10 a 12 kilos de uva para vinificar.

Con respecto al párrafo anterior, los dos primeros ítems no tenemos forma de reemplazarlos. La levadura la podríamos cambiar por levadura de cerveza, pero el resultado no va a ser tan bueno. Si estuviésemos cosechando en el mismo momento de elaborar, podríamos omitir las levaduras, ya que tendríamos la posibilidad de utilizar las que tiene la uva en el hollejo, pero ese no es nuestro caso. Y en cuanto a la materia prima, cuando hablamos de uva para vinificar nos referimos a malbec, merlot, cabernet sauvignon, etc, o la misma uva chinche bien elaborada. La uva de verdulería en principio no sería apta para lograr algo de determinada calidad. Pero en fin, si tiene un amigo verdulero que le puede conseguir algo recomendable, adelante. Coméntele, tal vez pueda ayudarlo. La teoría indica que se puede hacer una bebida fermentada de cualquier fruta que contenga azúcar, pero nosotros apuntamos un poco más allá, queremos hacer un rico vino.

Esos son todos los materiales mínimos necesarios para elaborar un buen vino casero.

anb Gastronomía

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